volvió. el gato más lindo del mundo, el hijo pródigo, está de nuevo acá. mordisqueándome los pies, con las uñas mochas y una pequeña cicatriz en el hocico. nunca voy a saber dónde estuvo, qué cosas vió, si es verdad eso que decía una amiga que los gatos son como mementos, así, que no retienen por más de 5 minutos las cosas. reset. y volver a empezar.
también me dijeron, "la casa es al gato lo que el dueño al perro"
tipo regla de 3
gato________casa
perro_______dueño
a partir de ahí, entendés que un gato que se mudó 6 veces en 5 años no puede funcionar bien.
o puede funcionar mejor en la calle. no sé todavía.
un alegrón igual que haya vuelto, para desmentir todos los finales abominables que me había construido en la mente. finales que involucraban gran daneses (o grandes daneses?) de prefectura, vecinos taxidermistas con un bonus creepy de herramientas de tortura para gatos, viejas malévolas que lo reclutaban como parte de su ejército de sucedáneos de compañía humana, otros gatos mucho más pulentas que él, entre quienes terminaba siendo el famoso "gato de los pibes".
en fin.
un pequeño changüí para descomprimir el cerebro, hoy que falta tanto para que sea viernes de nuevo.
en otro orden de cosas: 27 pe por un libro de palahniuk que se llama monstruos invisibles. el chabón me atrapa cada vez, pero, yo no sé si será la siempre conchuda traducción ibérica (me querés decir, mondadori, qué mierda es un somormujo?), esta vez me pasa que es, por lejos, muchísimo más zarpada la sinopsis de la contratapa.
igual, una masa. necesitaba leer historias de gente hecha mierda para que no se me derrita el cerebro de tanto pensar en centuriones, legionarios y gladiadores (russel crowe, ñami).
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