c.l.

"Las señales del telégrafo. El mundo erizado de antenas y yo captando la señal. Sólo podré hacer la transcripción fonética. Hace tres mil años me perdí y lo que quedó fueron fragmentos fonéticos de mí."

ahí

no conforme el día con ser ya una porquería bastante considerable

este mate asqueroso se viene a tapar.

ya. ahí. lo hice de nuevo. ahora me quemé la lengua nomás.

frío, humedad, caras de orto, la vecina de abajo que se empeña en escuchar a TODO VOLUMEN el programa de victor hugo, mi mamá que, una vez más sin mi consentimiento, manda una foto mía a 678 obligándome a usar pasamontañas durante el próximo cuatrimestre, para que el trotskismo organizado no me propine una golpiza en el patio de la facultad. dormir mal, soñar peor. el desayuno que intenta remontar pero, ahí, para que no nos vayamos entusiasmando demasiado, el incidente del mate. 

ayer, sin embargo, un gran día. quizás, por eso, la cuestión del contraste que redimensiona...

el mejor final de la historia, frente a un tribunal marcial de luminarias académicas. hermoso. muy linda la sensación del después, ese salir flotando del aula... entender que, podría decirse que no es del todo cierta esa creencia muy mía de que soy totalmente impresentable.

también, empezar una más de las novelas del robert, Monsieur Pain. quiero racionarla por aquello de que, a menos de que encuentren una valija enterrada con manuscritos en el desierto de Atacama , es de las últimas cosas que le voy a leer: un acupunturista-mesmerista en la mejor época para estar en París curando el hipo.

convent

blow it

creo que necesito urgentemente volver a yoga.

no recomendamos cenas poderosas made in banchero y sendos danettes de chocolate antes de ir a dormir so pena de encontrarse soñando paseos dentro de gigantes edificios públicos, despachos de señoronas paquetas que esconden encuentros sexuales furtivos (de los cuales no somos testigos, porque estos sueños de un tiempo a esta parte son bastante pacatos) y personajes que ya se ganaron un lugar protagónico dentro de mi inconsciente.

parece que la peli del director de memento sobre los sueños no está buena.

qué buena peli memento.

lavar los platos como alternativa terapeutica, aprendida después de años y años de vivir con gente más roñosa que uno. la idea de que la limpieza y el orden nos salvará y que hundir la mano hasta la muñeca, apenas intentando descifrar qué será ese bolo húmedo de comida y pelusa que tapona la rejillita, despeja la mente como pocas cosas.

la otra opción es encontrar series como breaking bad y ver que siempre se puede estar peor, pero de maneras mucho más interesantes. básicamente es como weeds pero con cancer y metanfetamina artesanal, sin nancy y con gangsters bastante más temibles.

la buena noticia: una estufa a garrafa que calienta el ambiente en dos minutos. la mala: altas chances de morir sin oxígeno mientras se duerme.

regalos de lunes // día fuera del tiempo (II)

cuando el random del cosito me salta con esta canción me entra una alegría que no se dan una idea. ideal para volver en bici de noche por una avenida céntrica desolada y tararear a viva voz.

regalos de lunes // día fuera del tiempo (I)

buenísimo!

exactamente lo que querías enterarte del behind the scenes de housi

party on

crimson&clover

me enamoré de la pibita de crepúsculo haciendo de joan jett. mal. 

y sintiéndome jodidamente perversa -porque te vi crecer, pequeña dakota- 

bien también por cherie currie.

su llamada es importante para nosotros

a veces me acuerdo de cuando trabajaba en el callcenter. sobre todo cuando ando en bici, no se muy bien por qué. puedo evocar muchísimas cosas, debe ser algo del pedalear, o de la oxigenación. cuando caigo en cuentas, me asusto muchísimo, porque noto que hace tres o cuatro cuadras que no vengo prestando demasiada atención a los semáforos, a las motos kamikazes y el peor de todos, al peligro que acecha en posibles puertas de autos que se abren y vos no podés frenar a tiempo, no frenás, te das de lleno la cara contra la ventanilla entreabierta, los anteojos que se astillan y volcás hacia la derecha, cuando justo viene un camión y paf. siempre pienso cosas así. trato de no decirlas en voz alta porque de repente cobran dimensión, las nombrás y ya no es más un sinsentido dándote vueltas en la cabeza, tiene entidad de peligro posible. antes no tenía miedo, cuando trabajaba en el call center, por ejemplo. no existían los ascensores que como hoy, van a un piso diecinueve y el pensamiento oscila entre la alternativa a) el ascensor se para en el piso 10 y te quedás encerrada y te morís o b) no podés aguantar un minuto y medio para llegar a destino, tenés que bajar ya, ahora, cuanto antes, se te acaba el oxígeno y te mirás en el espejo del ascensor y te notas más pálida, medio verdosa por la falta de oxígeno. y te morís.
volviendo, el callcenter. sí, alienación total. sí, disposición panóptica del espacio laboral y grabación de llamadas y aprenderse frasecitas boludas o vericuetos discursivos para que el cliente no notara que le estabas diciendo que no, que lo que él quería, lo que le habían prometido no iba a poder ser. pero todo eso pasaba a un segundo plano cuando de repente estaba generando un montón de plata como para vivir sola, en un monoambiente horrible pero mío, costeandome montones de droga y chocolate y quesos. también estaban las fiestas de la empresa. una cosa de locos. parece que era una estrategia de recursos humanos: si ves a tus co-workers en estado de jodida ebriedad hay más chances de que empatices y la dinámica de equipo sea fluida. o algo así. y recuerdo haber empatizado bastante. una gran temporada de tremenda empatía.
también había una máquina de café y otra de golosinas que funcionaba con una llavecita. cada empleado tenía una y ahí te daban como un plus salarial. descubrimos un día una máquina en particular en la que ponías la llave y te duplicaba automáticamente el crédito. los primeros meses en los que me patinaba el sueldo antes del día 15 me alimentaba casi exclusivamente a base de barritas de cereal y capuchinos falsos.

hoy en cine shampoo: chéri o los efectos colaterales del botox en mujeres de más de 50

una película absolutamente olvidable. michelle pfeiffer entrada en años pero no por eso perdiendo el más mínimo ápice de elegancia y belleza se come un pibito. sí. muy lindo él. así como mi ideal de belleza masculina, medio larva, desgarbado, ojeroso, pómulos afilados, mirada torva (?) ... ehm, sí, muy bien. no es, digamos, lo que se dice un gran actor, pero está bien en su rol de muchacho bonito-conflictuado. el tema es que la trama daba para muchísimo más. más desgarro, más cosa terrible que uno espera de las películas de época, cuando ya pasaron los primeros minutos de embobarse con el vestuario y la reconstrucción histórica. con mi amiga queríamos verla a michelle abrazando la decrepitud, queríamos primeros planos impiadosos, un contraste grotesco con el querubín. y no nos lo dieron. en su lugar, kathy bates haciendo otra vez ese papel grasún. vamos, stephen king, haceme un misery reloaded sólo para que kathy vuelva a brillar. y qué onda la voz en off? eh? mal ahí.

pero qué lindos los vestidos. te deja pensando que, en comparación, vivimos una época horrible en materia de vestuario y estilo.

another one bites the dust

...y que sea lo que Dios quiera.

bleh

empiezo a entender lo de suecia y la tasa de suicidios. el frío se empecina en joderme las perspectivas. no quiero andar en bici, me duelen las rodillas, consumo cantidades groseras de chocolate y entro a pensar en clave "todomal". es decir, cuestiono mis decisiones, odio mi trabajo, mi vida en general, me pongo indecisa, fastidiosa y pelotuda.

ah, y ceno muuucho también. lo que invariablemente termina en soñar cosas raras (sí, la conexión me la explicó una vez una amiga y en ese momento tuvo sentido). después de varias noches flasheando con seres antropomorfos onda la isla del dr. moreau, en la que me llevaba muy bien con una chica atigresada pasé a gansadas como la de anoche, en la que estaba metida, pero como espectadora, en una película en la que trabajaba la presidenta y ricardo darín y se metían en una casa okupa que quedaba dentro del cine cosmos y tenían sexo contra una ventana.

necesito mejores zapatos. más libros y tiempo para leerlos. bicicletas con un sistema de calefacción desde los pedales hacia arriba. un viaje, pero como si tuviera otra vez dieciocho. y que mi banda suene como el primer disco de los natas. o el segundo.

wakawaka

extraño la gente mirándose cómplice por la calle, pensando en maradona desnudo por la 9 de julio, corriendo sudoroso con una muchedumbre igual de desnuda que lo aclama.

ya está. ya pasó. post con delay.

de regreso a la normalidad, nos enteramos de que bergoglio está en guerra con satán.

ajam.

creo que necesitamos aflojarle al pop y abogar por un resurgir del metal pesuti sadomaso homo core, tipo judas priest. algo con lo que hacerle frente a toda esta manga de giles de la uca.

i'm sick of you

lo malo de enfermarte es entender que ese cuerpo con fiebre, dolor y ganas de morir también sos vos.

y tu mente de golpe deja de sentirse como la más capa del lugar.

iconoclasistas