a veces no puedo parar de espiralarme la cabeza hacia the darkness. Así. dele que te dele.
debe ser la falta de hierro en sangre. o hay algo que la hipófisis no me está segregando.
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releo los apuntes y no dejo de flashearme imaginando legionarios, centuriones, acueductos tremebundos, todas las ciudades del mundo conocido conduciendo hacia ella. vísceras de pájaro que esconden el futuro y conquistar, expandirse, crecer hasta el hartazgo para después darte cuenta de que no, el sistema no da para que te abarques toooodo eso, chabón. y zas. qué odio los cristianos, te juro. me dan una bronca.
todo más sencillo en la antigüedad. nadie debía deprimirse en serio. todas pelotudeces posmodernas las que nos aquejan.
muy recomendable: graffitis romanos
porque la belleza de la historia es que te atrapa cada vez de distintas maneras.
cuando cursaba esta materia, por ejemplo, todas mis anotaciones tenían que ver con ejércitos sodomitas tebanos, fiestas dionisíacas, emperadores que toqueteaban nenes, rituales de pasaje cochinos.
evidentemente no tenía yo tampoco mucha vida social y por algún lado había que sublimar, no?
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