estoy en un living muy bonito. hay muchas lámparas armadas con alambres de colores que me recuerdan a esos resortines noventosos con los que uno jugaba y se echaban a perder rápido, todos enredados. En el living estoy con Ricardo Iorio y su amigo-dealer que va a hacer una fiesta en un rato y nos invita. Nos quedamos solos Iorio y yo. entiendo que soy una especie de groupie o similar. El es muy grande, muy fuerte y su voz es la que le conozco: rasposa y profunda. El living de repente está en penumbras y él se me acerca despacio. Y todo es muy dulce, muy suave. Ricardo huele a ropa limpia, a suavizante de ropa. Nos levantamos para irnos -porque este parece ser un sueño apto para todo público- y ya en la calle apretamos en un zaguán y ahí sí el asunto se pone un poco más metalero del conurbano. Finalmente no voy a la fiesta de su dealer, ya es de mañana. Vuelvo a una casa que es la que compartíamos con mi familia en Paternal. La puerta está tapiada. Podría ser una venganza de Iorio por haberlo dejado ir solo a la fiesta de su amigo. Quizás no. La tapia sale facil. Subo a una habitación en un entrepiso y me acuesto a dormir. Sueño, dentro del sueño, que estoy en una casita en un bosque. Hace frío y estoy con G. Aparentemente, los dos sabemos que estamos en un sueño. Hay un arbol enorme en la puerta de la casa y lo abrazo. Sin saber bien por qué, mientras estoy en contacto con el arbol puedo flotar. A lo lejos, unas cabras intentan matar un perro a cornadas.
*sueños con siameses*
Search
No hay comentarios:
Publicar un comentario
say what?